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"Balú: Un osito pelotero en las cuatro estaciones"
Capítulo 1: Primavera, el despertar de la pelota
Balú, un osito de
pelaje marrón y ojos color miel, vivía en un bosque frondoso donde la primavera
lo recibía con sus flores multicolores y el canto de los pájaros. Su mayor
alegría era jugar con su pelota roja, pateándola con entusiasmo por los senderos
cubiertos de hojas secas.
Un día, mientras
Balú jugaba con su pelota, la lanzó con tanta fuerza que se fue volando por
encima de los árboles. El osito, con tristeza en sus ojos, la vio desaparecer
en el cielo azul. Corrió y corrió, buscando entre la maleza, pero la pelota no
estaba por ningún lado.
De repente,
escuchó un ladrido. Al mirar hacia arriba, vio a un perro de pelaje negro y
blanco que sostenía la pelota en su hocico. El perro, llamado Toby, la había
encontrado en un árbol y la bajó para devolverla a Balú.
Capítulo 2: Verano, la sorpresa inesperada
El verano llegó
con sus días soleados y largos. Balú y Toby se convirtieron en mejores amigos.
Juntos jugaban con la pelota en el río, la lanzaban por el aire y la perseguían
por el bosque.
Un día, mientras
jugaban cerca de un lago, Toby se detuvo y ladró con emoción. Balú, intrigado,
lo siguió hasta la orilla. Allí, entre las rocas, Toby le mostró una pequeña
cueva. Balú, con curiosidad, entró en la cueva y descubrió un tesoro escondido:
¡una caja llena de pelotas de colores!
El osito y el
perro saltaron de alegría. Ahora tenían pelotas para jugar todo el verano y
compartir con los demás animales del bosque.
Capítulo 3: Otoño, la danza de las hojas
El otoño llegó
con sus hojas doradas y el viento fresco. Balú y Toby jugaban con las hojas
secas, pateándolas y lanzándolas al aire. Un día, mientras jugaban, una hoja se
posó en la nariz de Balú. El osito, con una sonrisa, la sopló y la vio volar por
el aire como una bailarina.
Balú y Toby
inventaron un nuevo juego: la danza de las hojas. Soplaban las hojas secas,
creando una coreografía única en el bosque otoñal. Los demás animales del
bosque se unieron a la diversión, bailando y riendo al ritmo del viento.
Capítulo 4: Invierno, la magia de la nieve
El invierno llegó
con su nieve blanca y el cielo cubierto de nubes. Balú y Toby jugaban en la
nieve, haciendo muñecos de nieve y deslizándose por las colinas. Un día,
mientras construían un muñeco de nieve, Balú tuvo una idea: ¡una pelota de
nieve!
El osito y el
perro hicieron una pelota de nieve gigante y la lanzaron por el aire. La pelota
de nieve voló alto, tan alto que llegó hasta las nubes. Allí, se transformó en
una estrella fugaz que iluminó el cielo invernal.
Balú y Toby se
miraron con asombro. Habían creado una estrella fugaz con su pelota de nieve.
La magia del invierno había hecho posible lo imposible.
Final feliz
Balú y Toby
siguieron jugando con sus pelotas en las cuatro estaciones, disfrutando de la
amistad, la aventura y la magia del universo. El osito pelotero había aprendido
que la vida era como un juego, llena de sorpresas y momentos maravillosos por
descubrir. Y con su pelota en mano, Balú estaba listo para enfrentar cualquier
desafío con alegría y optimismo.
Fin
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